12/21/2004

El Comic Mexicano Actual

Otro texto recuperado, esta vez uno que escribí para una plática que di en Abril del 2004 junto a Edgar Delgado y Carlos Ostos dentro de la Semana de la Comunicación de la UIA.

EL COMIC MEXICANO ACTUAL

Cuando ví en el programa que había dos horas que llenar para esta mesa me espanté. Con suerte podríamos llenar 15 minutos con este tema, o al menos eso es lo que pensé en un principio. Ninguno de los que estamos aquí en esta mesa les vamos a mentir: el comic mexicano actual es un llano devastado que no puede inspirar sino depresión. Bueno? quizá fui muy drástico.

Vamos a empezar por ponerlos en antecedentes. En este momento creo que podemos dividir la producción de comic en México en cuatro grupos:

1. La producción industrial de historietas y las editoriales.

Únicos herederos del monstruo del cómic mexicano que durante décadas editó millones de ejemplares a la semana. Producen los pasquines pornográficos conocidos como Sensacionales. No se engañen: artísticamente hay gente de gran nivel en ellos (en los 80's Paco Ignacio Taibo II rescató a algunos en su revista Bronca); entre los millones de ejemplares que se han editado hay muchas joyas, pero reto a cualquiera a encontrarlas.

En el aspecto industrial, es un negocio basado en la explotación, donde las tarifas por página de ilustración y por guión completo son de risa. Además, no existen garantías para los talentos creativos, y al final sólo las editoriales ganan. Sin embargo, esta es quizá la única faceta de la producción de cómic nacional que activamente gana dinero, aunque los creativos sean los que menos lo ven.

Aquí situaría yo a una editorial como VID, dedicada principalmente a la reimpresión de historietas de superhéroes estadounidenses y de viejas historietas mexicanas, sin hacer esfuerzo alguno por crear material nuevo y arriesgarse con autores mexicanos, sean nóveles o probados expertos.

2. Los caricaturistas políticos.

México es un país con una rica tradición de caricaturismo político y social, que se ha mantenido vigente incluso en los momentos más difíciles de nuestra historia. Hoy en día los historietistas más vendidos (y leídos) en México son sin duda los cartonistas y moneros políticos. Podemos hablar de Rius, Ahumada, El Fisgón, Calderón, etc. Además de otros, como Trino y Polo Jasso, que publican tiras de humor en periódicos de circulación nacional, mordaces observadores de la realidad nacional.

3. Los historietistas independientes.

Están en todos lados, por toda la república. Probablemente no hayan visto su trabajo, ya que usualmente sus publicaciones tienen tirajes muy pobres, vendiéndose en lugares poco visibles o muy especializados. Crean por amor al arte, y hacen sus propias publicaciones, ya sean fanzines hechos con fotocopias (los más) o revistas más profesionales, con portadas a color (pocas veces los interiores llevan color) y tirajes de mil, tres mil o ?exagerando- cinco mil ejemplares.

De un movimiento así surgió la camada más reciente de historietistas mexicanos, que ahora trabaja en distintas areas editoriales o de diseño e ilustración en México o el extranjero.

Aquí cabe hacer un paréntesis para mencionar algunos casos excepcionales. Primero, el de historietistas independientes que han logrado publicar sus creaciones en editoriales establecidas. Jorge Break publica desde hace años su comic Meteorix en Editorial Toukan. Este ha sido sin duda el comic mexicano más exitoso de los últimos cinco años. Mueve miles de ejemplares al mes y ?aunque haya críticos de su trabajo- su popularidad es innegable. Además, realiza su trabajo libre de todo control editorial, haciendo de Meteorix un verdadero comic de autor.

Otro caso a mencionar es el de Óscar González Loyo y su Estudio Ka-Boom!. Loyo es un verdadero pionero del comic independiente en México. A partir de 1986 y hasta los 90's publicó semanalmente las aventuras de Karmatrón y los Transformables. Desde entonces ha tratado de continuar las aventuras del personaje en distintas ocasiones, la más reciente en el año 2003, con una revista que se planeaba mensual y completamente a color. Por distintos motivos la publicación dejó de editarse, aunque Loyo promete que proximamente seguirá adelante. Muchos de los miembros de su estudio ?incluyéndolo a él- trabajan como ilustradores e historietistas para diferentes publicaciones y proyectos en México y el extranjero, y muchos de ellos tienen también sus proyectos personales de comic que esperan publicar algún día siguiendo los pasos de Karmatrón.

Lo cuál nos lleva al último punto?

4. La fuga de cerebros.

Aunque de vez en cuando un mexicano ha logrado trabajar en la historieta de Estados Unidos o Europa, nunca hubo una presencia tan importante como ahora. Sin duda el máximo exponente del cómic mexicano en el extranjero es Humberto Ramos, quien se ha convertido en una superestrella con proyectos personales como Crimson y Out There, así como por su trabajo en personajes conocidos, como Spiderman. Han seguido sus pasos en el comic comercial estadounidense otros nombres, como los de Carlo Giovani Barberi, Paco Medina, Francisco Herrera, Juan Vlasco, Ulises Grostieta, entre otros.

Otro de los casos más importantes de "fuga de cerebros" se dio en otra area de la producción de historietas: el coloreo. El Studio F, de Francisco Ruiz Velasco y Edgar Delgado, se ha establecido ya ?después de sólo cuatro años- como uno de los estudios de coloreo más importantes de los Estados Unidos. En sus filas hay nombres como el de Edgar Clément, autores respetados que se han pasado al lado de la maquila industrial de cómics para el extranjero, si bien no lo han hecho dejando completamente de lados sus proyectos personales, aunque sí posponiéndolos temporalmente.

En el cómic europeo sólo hay por el momento dos nombres de mexicanos: Ladronn, autor veracruzano radicado en California, y Bachán, de la Ciudad de México. Ambos han hecho también trabajos para Estados Unidos, pero su mayor logro se encuentra en haber entrado por la puerta grande al mercado de los álbumes franceses. Otros dibujantes, como Raúl Treviño, Tony Sandoval y Daniel Pérez, están también a punto de dar este importante paso para el comic mexicano.

Hay muchas razones para esta importante fuga de talentos al extranjero, pero la más importante es el dinero. Simplemente el mercado mexicano no puede competir en cuanto a salarios y la infraestructura para el éxito de un cómic, lo que hace que los autores prefieran ?desde antes de volverse profesionales- trabajar en el extranjero. Pero quizá lo más triste es que, una vez establecidos allá, no existe una intención de volver, ni siquiera de ver publicados en México los trabajos que originalmente publicaron en el extranjero.

No se les puede culpar: sería una carrera cuesta arriba el intentar algo así, más tomando en cuenta el pobre estado de la industria editorial, la nula infraestructura de distribución y la poca cultura del cómic que existe en México, sin contar con la apatía total de las pocas editoriales que se dedican principalmente a la publicación de historietas.

Hay que hacer una nota al margen aquí: todos los historietistas que han entrado al mercado extranjero lo han hecho en el area de la ilustración, y muy pocos han escrito las historias que han publicado. Quizá el único escritor que ha logrado meterse a esto ha sido Francisco Haghenbeck, así como Francisco Ruiz Velasco y Humberto Ramos como autores de sus propios proyectos.

En esos cuatro rubros se puede resumir la actividad del comic mexicano actual. Entiendo que puede ser una categorización discutible, y de hecho espero que esto despierte un poco de debate acerca de nuestra historieta. Sé que ni están todos los que son, ni son todos los que están, pero al menos es un lugar por el cuál empezar.

Para terminar me gustaría hacer notar que a pesar de lo negro del panorama, de lo difíciles de las condiciones y de las tristes historias que se pueden contar al respecto, en México sigue habiendo un buen número de historietistas ?dibujantes, guionistas, coloristas, entintadores- de calidad. Pero lo importante es que haya producción. Sin producción nunca podrá existir un medio sano, que a la larga puede convertirse en una industria que combine la calidad con la rentabilidad. Así que manos a la obra, a producir y difundir. Y que Dios nos bendiga, porque no será una tarea fácil.

Carlos García Campillo
Abril de 2004

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